La fiesta de moros y cristianos es una representación festiva que tiene un carácter histórico. Su origen está en la Soldadesca de los siglos XVI y XVII, con individuos integrados en una Compañía que en principio hacía las veces de milicia para pasar a cumplir una función protocolaria en las celebraciones religiosas acompañado al Patrón con salvas de arcabucería rindiendo honores.
Esta milicia se regía por graduaciones militares (Capitán, Alférez, Sargento o Cabo) y esos ejercicios evolucionaron en una confrontación entre dos bandos, moro y cristiano, llegando a ser una representación simbólica de nuestra Reconquista. El Capitán es el personaje principal en la Fiesta, heredero de aquel Capitán de la antigua Soldadesca.
En muchas poblaciones, Alcoy, Ibi, Cocentaina y San Blas, se tiene un solo Capitán por bando. En otras como Elda, Petrer o Villena, cada grupo festero-Comparsa- tiene el suyo. El Capitán en San Blas abre el desfile y desarrolla un acompañamiento, boato, que realza su figura y muestra el simbólico poderío militar que como máxima autoridad de las huestes de la cruz o la media luna le corresponde.
Al Alférez también en algunas poblaciones se le llama “Bandera” o “Abanderado” porque su cometido ancestral era ser el custodio de la bandera-insignia de su tropa. Su participación en el desfile -Entrada- puede ser en centro de este o como en San Blas y otras localidades cerrando el mismo. Como en el caso del Capitán y según las diferentes celebraciones puede haber uno por bando o que cada grupo festero tenga el suyo.
Los cargos de Capitán y Alférez lo ostentan las filaes por riguroso turno rotatorio y tienen el derecho de llevar un séquito, boato, algo vedado al resto de estas. Además de en las Entradas, Capitanes y Alféreces, tienen en las Embajadas un papel representativo esencial como personajes principales de cada bando.
Desde 1980 en la fiesta de San Blas cuatro filaes ostentan anualmente los cargos aunque anteriormente hubo Capitanías aunque de forma esporádica.